Bestia era un cachorro de dos meses cuando nos lo dieron, de color gris, enterito, simpatico y muy juguetón, estaba mezclado de dos razas, sería un perro grande. Según iba creciendo, iba también adquiriendo mucha fuerza, por lo que al otro perrito pequeño, Cliford lo iba acobardando, pues también era un cachorro con dos meses. Bestia empezó a tirar las macetas de mis preciosas plantas y claro, tuvimos que elegir entre tener todo hecho un desastre y con cantidad de cosas rotas o meter a Bestia en el corralito y sacarlo de vez en cuando siempre bajo nuestra supervisión. Así lo hicimos... Y todo iba bien, aunque al principio lo llevó mal, terminó por habituarse.
Un día algo sucedió en nuestra ausencia... Bestia se enredó con la cadena y cuando fuimos a verlo... Estaba ahorcado y de una posición que no olvidaré nunca. No sabemos cómo ocurrió... Simplemente pasó un desgraciado accidente y nuestro querido Bestia murió, hace tan solo unos meses.
Siempre lo recordaremos, pues era un buenazo.
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