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jueves, 2 de febrero de 2012

Cómo sacar el mayor partido a una terraza en la ciudad

No hace falta ser un jardinero experto para crear un rincón natural donde disfrutar de las plantas y relajarse
Una idea para la terraza urbana, con gramíneas y un espacio fácil de mantener. EDITORIAL BLUME.
El invierno puede ponerse todo lo farruco que quiera, pero ya tiene los días contados. En solo unas semanas, las hojas habrán brotado, las primeras florse asomarán y regresarán los insectos. ¿Por qué no aprovechar este año para dar un empujón a la terraza y convertirla en un rincón donde relajarse y disfrutar de la naturaleza?
Antes de empezar a colocar macetas a lo loco, es mejor pensar qué tipo de terraza queremos tener. Los hay que disfrutan con muchas plantas, otros que prefieren tener ejemplares grandes, quizá hay gente que quiera pocas plantas pero muy llamativas… Y una vez que se tenga claro qué tipo de terraza es la que más se ajusta a nuestros sueños, hay que tomar lápiz y papel y dibujar un diseño inicial. Es bueno decidir entonces dónde estará el lugar de descanso en la terraza, para saber qué plantas nos rodearán -aromáticas, para disfrutar de su perfume; de poca envergadura, para que sus ramas no nos molesten cuando crezcan demasiado…-. Además, se puede proteger ese rincón del viento colocando plantas como cipreses, eucaliptos o bambús. Por otro lado, conviene determinar en qué lugar se colocarán las hamacas y la mesa porque ese será el punto desde el cual admiraremos nuestro rincón natural. Esa es la siguiente pregunta que conviene hacerse: ¿qué queremos ver desde la silla? Quizá nos guste contemplar nuestro arbusto favorito, o un parterre florido o hay un edificio feo enfrente cuya vista queremos bloquear…
Otra de las cosas que hay que decidir antes de ponerse a ajardinar es qué queremos ver en nuestra terraza cuando la contemplemos desde la ventana. En invierno hace mucho frío para disfrutar de ella en el exterior, pero se pueden ver las plantas tomando un café humeante desde el sofá. Lo ideal es combinar especies perennes y caducas, de manera que en invierno el espacio no sea un conjunto gris, sino que esté salpicado de plantas verdes, ya sea hiedra, boj, vincas, olivos, pinos… tampoco hay que pasarse y llenar todo de perennes, porque también hay que alegrarse la vista al llegar la primavera y recibir con gusto nuevas hojas y flores. Si se plantan bulbos, lo mejor es hacerlo en las jardineras y macetas que queden frente a la ventana, para disfrutar de su colorido en los meses fríos. Es bueno colocar grandes jardineras y llenarlas de plantas variadas, agrupándolas según sus necesidades de agua y sol. Cuanto más variada sea la jardinera, mayor será la naturalidad del conjunto. La terraza se hace poco a poco y con mimo. Y cada esfuerzo que se vierte en ella se devuelve con creces en los años venideros.
Más información: ‘Manual de jardinería urbana’, de Joe Swift. Editorial Blume, 2010. 175 páginas.

UN ESPACIO GRIS SE CONVIERTE EN JARDÍN

>> ¿Qué plantas elegir? Ante todo, sentido común. ¿Para qué tener una planta que se hiela en invierno y que nos obliga a ponerle un plástico encima durante meses? ¿Es buena idea cuidar de un especie que siempre tiene enfermedades y plagas? Las plantas de una terraza han de ser fáciles de cuidar, bonitas, originales y baratas. Por ejemplo, olivo, petunia, romero, budelia, tamariz, bignonia, wisteria, olmo, malva, gazania, portulaca, bulbos -tulipán, jacinto, narciso,anémona- y vincas, entre otras..

>> Sobre todo, comodidad. Una terraza ha de ser un espacio donde estar cómodo, se pueda leer un libro, el periódico, charlar, escuchar música… Hay sillas muy bonitas, de hierro forjado o madera de teka que parecen sacadas de una revista de decoración pero que resultan de lo más incómodas. Es mejor optar por tumbonas y hamacas de resina o de tela flexible, que permiten descansar en ellas durante horas e incluso resultan perfectas para echar una siesta.
>> Fácil de cuidar Puede parecer que cuidar de las plantas quita tiempo y, en realidad, la tarea más costosa y engorrosa de una terraza es limpiarla. Las baldosas con relieve acumulan suciedad en las grietas, algunos materiales absorben la cal y dan un aspecto blanco enseguida. Merece la pena apostar por un pavimento sufrido y bonito: la inversión será de mil euros aproximadamente, pero supondrá muchas horas de descanso en el futuro.

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