Salem es un gato astuto,
Demasiado, el muy puto,
A Rabit ha dado muerte,
Y fué de la manera siguiente:
Estando el gato en la puerta,
Hacia dentro se asomó,
Viendo al conejo inocente,
Sobre Rabit se lanzó,
Cual pantera en su cacería,
Al conejo muerte dió,
Y a Rabit nos ha quitado,
Y solo llanto nos dejó.
Lágrimas asoman de vez en cuando,
Por mis mejillas se caen rodando,
Pues no paro de recordar,
A Rabit queriendo saltar,
Tan alegre que él corría,
Por nuestra sala de estar,
Y por toda la casa paseaba,
Tratando de curiosear,
Era un conejito juguetón,
Y tanto cariño nos daba,
Que lo queríamos un montón.
Siento tal desolación,
Que no encuentro consuelo alguno,
Pues Rabit nos ha abandonado,
Y ya no quiero ninguno,
Es tan grande este dolor,
Que superarlo no puedo,
Solo llorar me sale,
Al menos en este momento.
Menuda tarde me espera,
Con los dos crios reñidos,
Ya ni quiero dar oídos,
Que hacerlo me desespera.
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